AL CIELO HA LLEGADO UN ANGEL

No sé si le caerá bien o mal, no sé ni tan siquiera si lo leerá. No sé ni que escribir para explicar tanta indignación y, a la vez, tanta admiración.

Esta madrugada el cielo ha recibido una visita que aún lo hará más perfecto y sublime. A una pequeña princesa la han llamado los buenos entre los buenos para tenerla a su lado.

Hija esperada, deseada. Desde su llegada a estos lares, ha luchado impetuosamente por estar al lado de sus padres. Ha vencido en mil y una batalla que su corta vida le iba imponiendo a cada poco tiempo. Ya no pudo más. Los buenos del cielo, egoístamente, la han querido para ellos.

Ayer mismo mantuve una breve conversación con ese padre fuerte. Ese padre ejemplo para todos de profesionalidad, fuerza, tenacidad, constancia, benevolencia, generosidad. Sólo pude darle ánimos. Las palabras sobraban.

La vida, a veces, es injusta. Injusta con los que se entregan por los demás. ¡ Qué decir de su señora !.

Habéis dado una lección de vida y de lucha sin cuartel. El rey, la reina y la princesita. Hasta el último hálito de vida.

Has estado haciendo lo mismo de todos los días cuando tu princesa estaba mal. Has contagiado a todos de tu energía cuando eras tú quien la necesitabas. Has motivado cuando necesitabas tú que te motivaran. Sólo por ésto eres grande, y tu señora por motivarte, en unos momentos tan dolorosos . Dios no debería mandar tantas injusticias juntas en un cuerpo tan pequeño.

Aunque esperado el terrible final, siempre ha surgido un hilo de esperanza. Todos hemos rezado y nos hemos empeñado en creer que saldría llena de vida.

Tenéis un hijo juguetón, risueño, extrovertido, divertido, ágil, vivaz, alegre, para el que ustedes lo sois todo. Y él tiene unos padres que le enseñarán en la vida a ser, además, fuerte, responsable, tenaz, persuasivo, motivador, luchador, generoso, bondadoso, respetuoso.

Por él, por ustedes, por vuestra princesa que ha llegado al cielo en forma de ángel. Por todo ello, debéis de continuar. Ella os lo agradecerá, y nosotros, también.

Ella descansa en paz, estoy seguro, en compañía de los mejores entre los mejores. Desde allí os contemplará y os guiará. Estará orgullosa de ustedes. Ella, al fin y al cabo, os dará fuerzas cuando flaqueéis.

Un fuerte abrazo campeón de la vida.